En Molvízar se encuentra arraigada la jocosa costumbre o graciosidad, que algunos ejercitan, de interrumpir el silencio de la noche conversando a gritos, acerca de los defectos o cualidades de personas del vecindario. Esto sucede, y se halla, hasta cierto punto admitido, desde la Navidad al periodo de Carnestolendas.
Los chuscos se implantan en una esquina, o frente al domicilio del agraciado con sus jocosidades, y comienzan a censurar sus defectos y aún se atreven a poner en tela de juicio los secretos del hogar.
Creemos que las autoridades de Molvízar deben prohibir esta costumbre que, si unas veces no pasa de ser una graciosidad inofensiva, otra degenera en el asqueroso delito de la calumnia.
Publicado el 13 de febrero de 1881 en el periódico ·El Defensor de Granada: diario político independiente: Año II Número 136″
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